Testimonios

Angel

“Soy un enfermo alcohólico, y pues, yo empecé a beber desde muy temprana edad. Como un juego, con mis familiares, con mis primos. Primero fines de semana, uno que otro. Luego se fue haciendo como la enfermedad, como es, es progresiva, incurable y mortal.

Empecé a tener lagunas mentales, no saber dónde he estado ni saber dónde amanecía, haciéndole daño a mi familia, a mis padres, a mi círculo cercano. Y hasta que llego aquí, a este maravilloso lugar que es Hacienda del Lago, que para mí fue una oportunidad que me mandó Dios.

Encontré una esperanza de vida, algo que se puede lograr vivir sin el alcohol. Una vida plena el día de ahora, sabiendo lo que me toca hacer para yo estar bien y para ser una mejor persona, la mejor versión de mí. Para mí es algo… un antes y un después de mi vida. Recuperé trabajo, recuperé familia, recuperé mi credibilidad, me recuperé a mí mismo. Estoy bien, estoy vivo y estoy echándole muchas ganas en recuperación. Muchas gracias.”

Gerardo

Estuve a punto de perder a mi familia, mi trabajo. Al principio empecé los fines de semana, ya el domingo lo dejaba familiar, pero después me empecé a ir de filo y me estaba quedando sin trabajo y sin familia, a causa de la adicción. No pude parar yo solo, como decían que uno lo controla, no, es imposible.

Tomé la decisión de entrar a Hacienda del Lago, que fue donde cambió totalmente mi vida. Y el día de hoy, gracias a Dios, tengo familia, tengo trabajo, y ya mis hijos, ya ahora sí, ya me toman respeto y ya me dicen papá. Mi papá me decía que me tomaban como un borracho y no valía para nada.

Después de estar en Hacienda del Lago, me hizo cambiar totalmente mi vida, que no la cambio por nada. Muchos no tuvieron la suerte de seguir teniendo familia y trabajo. Y yo, bendito Dios, el día de hoy ya tengo trabajo y tengo familia, gracias a las herramientas, los terapeutas que me sembraron todo eso aquí en Hacienda del Lago.”

Miguel

“Fueron ocho años más o menos de estar jugando, más otros 27 de estar tomando todos los fines de semana. Llegué a un punto donde no sabía qué tenía, donde no sabía exactamente qué pasaba en mi vida y por qué no podía vivir en paz.

Si bien el alcohol yo lo tenía muy arraigado y no reconocía una enfermedad como tal, mucho menos la del juego, se fue convirtiendo y me fue quitando la vida, hasta envolverme en un infierno, literalmente.

Solamente despertaba para jugar y era lo único que tenía yo en mente, era mi única vida. Y pues, no era vida, era un infierno. Llegar y apostar hasta lo que no tenía. Levantarme para conseguir dinero durante los últimos tres años. Realmente nada más vivía así, pues no es vida, no era vida.

Entró la desesperación y decía bueno, si pierdo pues me suicido, si pierdo me suicido. Voy a conseguir este dinero y si lo pierdo ya no pago, me suicido. Perdí mucho dinero, pero más que nada perdí mucha gente que quería. Pero bueno, llegué a Hacienda del Lago, muerto en vida, arrastraba hasta las chanclas, no podía ni caminar, no podía levantarme. Después de un proceso aquí de 35 días, desperté muy tarde, como a los 15, 20 días. El día de hoy ya llevo varias 24 horas siendo feliz, sin la obsesión de tomar y de jugar.

Yo estoy muy agradecido con mi poder superior primero que nada, pero con quien me llevó a él, que fue esta clínica y Doble A. Muchas gracias.”

Carlos

“Soy alcohólico, vengo de una familia normal, una familia católica, mexicana, de perfiles estándares normales. Los eventos familiares siempre estuvo el alcohol presente, primera comunión, boda, fiesta, esto y lo otro. Llegó la edad en que empecé a tomar, empecé a consumir, empecé a tomar más y más y más, alguna que otra vez tomé de más, se me olvidaban las cosas, me ponía un poco agresivo, empecé a cambiar mi personalidad… y así fue como poco a poco, durante años y años y años, 30 años pasaron para que esta progresión comience a tener ya un problema severo, ya en un alcoholismo ya imparable, ya no poder dejar de consumir, ya problemas de familia, problemas de economía, problemas de pareja, problemas laborales. Y ahí aparece la ayuda de Hacienda del Lago.

Accedí a meterme al tratamiento primario, se empezó a poner la cosa bonita, empecé a ser ya una persona útil, ya empecé a ser honesto, ya empecé a dejar de tener problemas, empecé a ser una persona normal y hoy por hoy, bueno, pues tengo varios logros por hoy de sobriedad, dejé los escenarios y dejé las personas y los lugares de alto consumo. Hay un lugar, Hacienda del Lago, en el que es posible recuperarse, es posible vivir sin alcohol y es posible ser una persona con el alcohol controlado a través de un programa como el que ofrece Hacienda del Lago. Gracias.”

José Manuel

“Soy alcohólico, adicto y ludópata. Duré en la actividad un promedio de 30 años y yo pensaba que la vida así era. Pues yo en realidad me perdí, ahora sí como dicen pues en la adicción y yo no me daba cuenta de cuándo crucé esa línea. 

Mi familia se empezó a preocupar por las acciones y actitudes que empecé a tener. Empecé en el juego pensando que jugando iba a dejar de beber. Y en el juego fue donde toqué más fondo porque empecé a perder, perdí hasta lo que no. 

Mi familia se dio cuenta de esta adicción que estaba teniendo y optaron por buscar una clínica y encontraron a Hacienda del Lago. Yo no quería, pero no me quedó otra alternativa más que aceptar y entré gracias a mi familia a Hacienda del Lago. Hoy llevo 13 años sin consumo de alcohol, ni de drogas, ni de juego, gracias a Dios, a mi poder superior y a la clínica Hacienda del Lago.  

Gracias a las terapias y a las post terapias que hay todos los miércoles para estarse uno manteniendo, he logrado mantener esta sobriedad y pues estoy muy agradecido con la Hacienda del Lago, con Dios y con todos los compañeros que se encuentran aquí en este momento. Recomendable, muy recomendable para las personas que quieran estar aquí. Es algo fantástico, aquí lo atienden a uno las 24 horas, desde comida, medicina, te checan de todo a todo para que uno salga 100% bien y salir adelante con todo. Gracias.”