¿Cómo evitar el alcoholismo en la familia?

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¿Cómo evitar el alcoholismo en la familia? ¿Qué es el alcoholismo?

 

El alcoholismo, también conocido como dependencia del alcohol y trastorno por consumo de alcohol, es una enfermedad crónica, progresiva y mortal, que hace al organismo dependiente del alcohol. El término “alcoholismo” se utiliza a menudo indistintamente con el término “abuso de alcohol”, pero el primero es en realidad mucho más grave que el segundo. 

 

Cuando alguien sufre abuso de alcohol, empieza a desarrollar una mayor tolerancia a dicha sustancia. El abuso de alcohol suele desembocar en alcoholismo. Una persona con alcoholismo bebe tanto y con tanta frecuencia que necesita el alcohol para sobrellevar el día a día. Dado que el alcoholismo puede dar lugar a graves problemas de salud y complicaciones, es importante conocer los signos en uno mismo o en un ser querido.

 

El abuso del alcohol y el trastorno por consumo de alcohol (es decir, el término clínico para una adicción al alcohol) pueden destruir las relaciones familiares y abrir una brecha entre sus miembros. Esto significa que las personas que abusan del alcohol pueden acabar con el presupuesto familiar, provocar peleas, ignorar a los niños y perjudicar la salud y la felicidad de sus seres queridos. Con el tiempo, los miembros de la familia pueden incluso desarrollar síntomas de codependencia, manteniendo inadvertidamente viva la adicción, aunque les perjudique. La terapia familiar y la rehabilitación pueden ayudar.

 

¿Cuáles son los signos de alcoholismo?

 

Alcoholismo generacional

 

Los signos del alcoholismo pueden variar en cada individuo que padece este trastorno. Sin embargo, hay algunos signos reveladores que pueden determinar si alguien ha desarrollado trastorno por consumo de alcohol. Entre ellos se incluyen:

 

  • Beber alcohol con mucha frecuencia.
  • Mentir sobre cuándo o con qué frecuencia bebe.
  • Aumento de la tolerancia al alcohol.
  • Experimentar pérdidas de memoria o lapsus.
  • Temblores y sacudidas corporales.
  • Tener problemas en el trabajo y en la escuela.
  • Tener una fuerte ansiedad o deseo de beber.
  • Beber en secreto o beber solo.
  • Incapacidad para controlar el consumo de alcohol.
  • Descuidar rutinas como la alimentación y la higiene personal.

 

¿Cómo y por qué aparecen estos síntomas? 

 

Eso tiene mucho que ver con la combinación de factores de riesgo de alcoholismo que pueden afectar a un individuo.

 

Factores de riesgo del alcoholismo:

 

En el alcoholismo pueden influir diversos factores: ambientales, sociales y genéticos. Alguien que experimenta los siguientes problemas durante la juventud, la adolescencia o la edad adulta puede tener un mayor riesgo de desarrollar alcoholismo:

 

  • Comportamiento agresivo durante la infancia.
  • Habilidades sociales deficientes durante la infancia.
  • Antecedentes de enfermedades mentales como la depresión.
  • Experimentación con el alcohol a una edad temprana.
  • Falta de supervisión de los padres.
  • Acceso al alcohol.
  • Altos niveles de estrés.
  • Vivir en la pobreza.
  • Presión de los compañeros.
  • Problemas de autoestima.
  • Tener un familiar cercano alcohólico.

 

La mayoría de los factores anteriores son ambientales o sociales. Entonces, ¿qué lugar ocupa la genética en la predisposición al alcoholismo y la adicción?

 

¿Es hereditario el alcoholismo?

 

La genética desempeña un papel en el alcoholismo y puede predisponer a las personas a padecerlo. Cuanto más cercano sea el parentesco de una persona con otra que padezca alcoholismo, más probabilidades tendrá de desarrollarlo. Por ejemplo, es muy probable que los padres transmitan a sus hijos una predisposición al alcoholismo. Aunque tener un progenitor con trastorno por consumo de alcohol no garantiza que su hijo vaya a padecerlo, tener una predisposición genética sí le expone a un mayor riesgo.

 

¿Cómo evitar el alcoholismo en la familia?

 

Si el alcoholismo le viene de familia, hay muchas formas de prevenirlo. A continuación, se indican algunas formas de evitar el alcoholismo cuando se da en la familia:

 

  • Limitar el consumo de alcohol.
  • Controlar el estrés de forma constructiva.
  • Buscar asesoramiento familiar.
  • Mantener relaciones sanas.
  • Informarse sobre los antecedentes familiares de alcoholismo.
  • Notificar a su médico cualquier antecedente familiar.

 

Por desgracia, a veces es demasiado tarde para prevenir el alcoholismo. Pero nunca es demasiado tarde para buscar ayuda y encaminarse hacia una vida más feliz y saludable.

 

Antecedentes familiares de alcoholismo: ¿Corres algún riesgo?

 

Muchos estudios científicos, incluidas investigaciones realizadas entre gemelos e hijos de alcohólicos, han demostrado que los factores genéticos influyen en el alcoholismo. Estos resultados muestran que los hijos de alcohólicos tienen unas cuatro veces más probabilidades que la población general de desarrollar problemas con el alcohol. Los hijos de alcohólicos también tienen un mayor riesgo de padecer muchos otros problemas emocionales y de comportamiento. 

 

Sin embargo, el alcoholismo no viene determinado únicamente por los genes que se heredan de los padres. De hecho, más de la mitad de los hijos de alcohólicos no llegan a serlo. Las investigaciones demuestran que hay muchos factores que influyen en el riesgo de desarrollar alcoholismo. 

 

La buena noticia es que muchos hijos de alcohólicos, incluso de las familias más problemáticas, no desarrollan problemas con la bebida. Del mismo modo que los antecedentes familiares de alcoholismo no garantizan que uno se convierta en alcohólico, tampoco lo hace el hecho de crecer en un hogar muy conflictivo con padres alcohólicos. 

 

Además, el hecho de que el alcoholismo tienda a ser hereditario no significa que el hijo de un padre alcohólico no tenga más remedio que convertirse en alcohólico. El riesgo es mayor, pero no tiene por qué ocurrir.

 

Algunos consejos adicionales para evitar el alcoholismo en familia son los siguientes:

 

Beber con moderación en la edad adulta

 

Aunque no se tengan antecedentes familiares de alcoholismo, los adultos que decidan beber alcohol deben hacerlo con moderación: no más de una bebida al día para la mayoría de las mujeres y no más de dos bebidas al día para la mayoría de los hombres. 

 

Algunas personas no deben beber en absoluto. Por ejemplo, las mujeres embarazadas o que están intentando quedarse embarazadas, los alcohólicos en recuperación, las personas que tienen previsto conducir o realizar otras actividades que requieren atención o destreza, las personas que toman determinados medicamentos y las que padecen ciertas enfermedades.

 

Por otro lado, las personas con antecedentes familiares de alcoholismo, que tienen un mayor riesgo de convertirse en dependientes del alcohol deben abordar el consumo moderado de alcohol con precaución. Una vez que una persona pasa de un consumo moderado a un consumo excesivo, los riesgos de problemas sociales, por ejemplo, conducir bajo los efectos del alcohol, violencia y traumatismos y médicos, por ejemplo, enfermedades hepáticas, daños cerebrales y cáncer aumentan considerablemente.

 

Hablar con un profesional de la salud

 

Es importante hablar de las preocupaciones con un médico y otro especialista. Ellos pueden recomendar grupos u organizaciones que podrían ayudarte a evitar los problemas con el alcohol. Si se es un adulto que ya ha empezado a beber, un profesional sanitario puede evaluar los hábitos de consumo de alcohol para ver si se requiere reducir el consumo. El profesional también podría brindar consejos o indicaciones de cómo hacerlo.

 

Buscar ayuda

 

Es vital hablar con un consejero especializado en abuso de sustancias. En Hacienda del Lago, contamos con los más preparados especialistas y las mejores instalaciones para la rehabilitación. Contáctanos hoy para recibir más información sobre nuestros servicios.

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