El rol de la dopamina en las adicciones. ¿Qué es la dopamina?
La dopamina es una sustancia química cerebral, presente tanto en seres humanos como en diversas especies animales, incluyendo vertebrados e invertebrados. Esta realiza funciones de neurotransmisor en el sistema nervioso central.
Esta sustancia es la encargada de transportar señales excitatorias o inhibitorias hasta las células nerviosas. Para que estas células, conocidas como neuronas, puedan generar o no un impulso eléctrico. Este impulso eléctrico incentiva al cerebro a realizar funciones motrices y de movimiento básicos como caminar, correr, saltar, escalar, etc.
¿Qué hace la dopamina en el cuerpo?
La dopamina cumple diversas funciones vitales en el cerebro humano, ya que nos permite regular nuestro comportamiento en función del entorno que nos rodea. Además, nos permite controlar acciones como nuestra respuesta ante el estrés, la presión arterial, el humor y la atención, entre otras.
Asimismo, juega un rol crucial en el desempeño de nuestras actividades diarias. Pues, es la encargada de realizar tareas como procesar la información proveniente de nuestra percepción de la realidad. Aprender cosas nuevas y buscar el placer, entendido este último como un derecho evolutivo de nuestra condición humana.
¿Cuál es la diferencia entre dopamina y serotonina?
Ambas funcionan como neurotransmisores cerebrales en nuestro sistema nervioso y cumplen tareas cruciales para nuestra salud mental y bienestar en general. Sin embargo, la dopamina y la serotonina tienen características clave que las diferencian.
La primera, se genera a partir de la tirosina y está implicada en la regulación de nuestra motivación y euforia. La segunda, nace a partir del triptófano e influye directamente en nuestro estado de ánimo.
Dichos neurotransmisores o «mensajeros químicos» ejecutan diversas funciones que se complementan entre sí para garantizar la continuidad de ciertas conductas rutinarias y, con estas, nuestra supervivencia. A continuación, las destacamos:
Funciones de la dopamina
- Motivación y recompensa: La dopamina nos incentiva a tomar decisiones y llevar a cabo acciones orientadas a la obtención de diversas recompensas. Estas incluyen comida, objetos materiales, ingresos económicos, actividades recreativas, una mejor salud física o logros de carácter personal y profesional.
- Regulación emocional: Este neurotransmisor nos ayuda a controlar nuestras emociones e influye en nuestra percepción del placer.
- Funciones cognitivas: La dopamina es vital para controlar elementos tan importantes en nuestro día a día, incluyendo la memoria, la concentración, el lenguaje y el aprendizaje.
Funciones de la serotonina
- Estado de ánimo: La serotonina es la encargada de regular nuestro estado anímico. Contribuye a contrarrestar los efectos nocivos de trastornos psicológicos tan comunes como la ansiedad y la depresión.
- Funciones Corporales: Este neurotransmisor también actúa como modulador en la sensación de hambre y saciedad, así como en la regulación de la temperatura corporal y el ritmo circadiano.
- Bienestar General: La también llamada «hormona de la felicidad», contribuye a generar sensaciones físicas placenteras asociadas al bienestar, la relajación y la satisfacción.
¿Cómo mantener la dopamina y la serotonina en equilibrio?
Un desequilibrio entre la emisión y recepción de estos neurotransmisores puede derivar en diversos problemas de salud. Incluyendo, episodios depresivos, trastornos del sueño, pérdida de apetito y deterioro de nuestras relaciones interpersonales.
En este sentido, enumeramos una serie de acciones que pueden ser de gran ayuda para mantener un correcto balance entre ambos neurotransmisores:
- Actividad física: Contribuye, no solo a mejorar la condición física de la persona, sino también, a aumentar su estado de bienestar psicológico y emocional.
- Meditación: Realizada con regularidad, esta práctica ayuda a reducir el estrés mientras fomenta la relajación.
- Rutina diaria: Tener una rutina diaria definida nos ayuda a mantener nuestra «sensación de control» sobre nuestras actividades del día a día. Disminuyendo la incertidumbre y las emociones negativas ligadas a dicho escenario.
- Socialización: Dada nuestra naturaleza social, es fundamental que contemos con relaciones interpersonales sólidas, que nos apoyen en los momentos más difíciles.
- Alimentación: Una alimentación saludable, balanceada y, en lo posible, libre de ingredientes procesados industrialmente, promueve una buena salud física y mantiene a estos neurotransmisores en niveles adecuados.
Dopamina y adicciones: ¿Una combinación peligrosa?
Es bien sabido que la dopamina ejerce gran influencia sobre nuestro sistema de recompensa. Entendido este último como un conjunto de mecanismos que nos motiva a repetir actividades como comer, dormir, escuchar música, socializar y mantener relaciones sexuales, entre otras.
De esta manera, para que nuestro cerebro funcione correctamente, debe haber un equilibrio en la transmisión de dopamina por parte de nuestras neuronas emisoras y receptoras. De lo contrario, un exceso de liberación de dicha sustancia generaría un estado de «euforia permanente» que comprometería el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo.
Por ello, podríamos afirmar que la dopamina facilita y refuerza las conductas adictivas. Ya que, al consumir cualquier sustancia adictiva como alcohol, drogas psicotrópicas, dulces o comida procesada, se libera de manera considerable en nuestro cerebro. Llevándonos a repetir esta conducta una y otra vez en una búsqueda continua del placer.
Así, cuando nos drogamos, rompemos con este equilibrio cerebral tan fundamental para mantener nuestra homeostasis en armonía. En este sentido, provocando una serie de cambios estructurales en su funcionamiento, que, dependiendo de la sustancia consumida, podrían ser más fáciles o difíciles de revertir.
Lo anterior nos lleva a considerar a la adicción en un ser querido como una enfermedad. Como toda enfermedad, debe ser tratada con las terapias y herramientas adecuadas en el lugar idóneo, ya que su detección temprana contribuirá a su recuperación.
El rol de la dopamina en las adicciones: ¿Cómo funciona?
Como hemos mencionado anteriormente, la dopamina juega un papel crucial en las adicciones:
- Sistema de recompensas: La dopamina es liberada en el cerebro cuando experimentamos placer o recompensas. Las drogas y comportamientos adictivos provocan un aumento bastante drástico y artificial de la dopamina en esta área.
- Refuerzo positivo: Esto quiere decir que, el aumento dramático de dopamina hace que nuestro cerebro asocie la sustancia o la actividad adictiva con una sensación no sólo de placer, sino también de recompensa intensa. Estos factores crean un fuerte impulso a repetir la conducta, con tal de volver a experimentar esas intensas sensaciones.
- Aprendizaje y memoria: Aunque lo mencionamos anteriormente, hacemos énfasis en que la dopamina desempeña un rol esencial en el aprendizaje y la memoria. Como resultado, con el pasar del tiempo, el cerebro crea asociaciones fuertes entre los estímulos relacionados con la adicción y la liberación de dopamina. Pueden ser lugares, personas e incluso objetos. Este escenario desencadena antojos intensos, aún cuando el individuo no está consumiendo la droga o ejecutando la conducta adictiva.
- Tolerancia y dependencia: Con el uso frecuente de drogas, el cerebro llega a adaptarse a los altos niveles de dopamina, y esto lleva a la tolerancia. Esto provoca que se necesite una dosis cada vez mayor de la sustancia para obtener el mismo efecto. Adicionalmente, se desarrolla la dependencia física y psicológica, lo cual hace que dejar de consumir sea extremadamente difícil.
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