Trastornos de la personalidad y adicciones: ¿cuál es la conexión?

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Trastornos de la personalidad y adicciones: ¿cuál es la conexión? La personalidad es un conjunto de características que ayudan a definir nuestros pensamientos, actitudes, sentimientos, comportamientos y nuestra forma de interactuar con el resto del mundo. Una personalidad sana y saludable nos permite desenvolvernos con éxito en la vida cotidiana. Nos permite mantener buenas relaciones, realizar tareas, perseguir nuestros intereses y superar retos en momentos de estrés.

 

Sin embargo, cuando un individuo padece un trastorno de la personalidad, estas tareas cotidianas se vuelven más difíciles. Las personas con un trastorno de la personalidad suelen tener dificultades para seguir el ritmo de las exigencias de la vida, hacer frente al estrés e incluso entablar relaciones con los demás. Estas luchas pueden provocar una gran angustia, depresión y aislamiento. En muchos casos, también puede llevar a los afectados al abuso de drogas y alcohol.

 

Cuando una persona sufre de trastorno de personalidad y coexiste el trastorno de adicción a las sustancias, al mismo tiempo experimenta lo que se conoce como trastornos concurrentes. Para comprender la conexión entre la adicción a sustancias y los trastornos de la personalidad, y cómo abordarlos adecuadamente, es importante entender primero la naturaleza de cada trastorno.

 

¿Qué son los trastornos de la personalidad?

 

Un trastorno de la personalidad es una enfermedad mental que afecta la percepción y respuesta de la persona ante el mundo que le rodea. Se caracteriza por un patrón crónico de pensamientos y comportamientos inusuales, insanos o peligrosos. Eventualmente, el trastorno de la personalidad puede convertirse en un obstáculo para su desenvolvimiento cotidiano.

 

Los trastornos de la personalidad presentan patrones de conducta duraderos y profundamente arraigados, que se desvían significativamente de las normas culturales. Suelen aparecer en la adolescencia o en la edad adulta temprana. Causan angustia y deterioro en diversas situaciones.

 

Para que se diagnostique un trastorno de la personalidad, deben cumplirse los siguientes criterios:

 

  • La persona experimenta alteraciones significativas en su autoidentidad o autodirección, así como en su funcionamiento interpersonal.
  • Debe poseer uno o más dominios o facetas de rasgos de personalidad patológicos.
  • Las alteraciones deben ser estables a lo largo del tiempo y en diversas situaciones.
  • Las alteraciones no deben entenderse como parte normal del desarrollo.
  • Los síntomas no deben estar causados por el entorno de la persona, su estado de salud o el abuso de sustancias.

 

Cada trastorno de la personalidad produce síntomas diferentes. Sin embargo, como se ha indicado anteriormente, la mayoría afectan a la capacidad de una persona para controlar el estrés, asumir responsabilidades y establecer relaciones significativas. También pueden impedir que una persona alcance sus objetivos vitales. 

 

La relación entre los trastornos de la personalidad y la adicción

 

En general, los investigadores creen que la adicción, así como los trastornos concurrentes de la personalidad, puede predecirse por una compleja combinación de factores ambientales, genéticos y biológicos. 

 

Sin embargo, en muchos casos puede resultar imposible determinar la causa de la adicción o la enfermedad mental de una persona. Incluso discernir si el trastorno de personalidad o la adicción fueron lo primero, es extremadamente difícil. Afortunadamente, las investigaciones han demostrado que el tratamiento simultáneo de la adicción y los trastornos concurrentes suele mejorar los resultados generales.

 

Cuando una persona sufre un trastorno de la personalidad y no sabe cómo afrontarlo eficazmente, puede recurrir a las drogas o al alcohol. Esto se denomina automedicación y puede tener estos aspectos:

 

  • Una persona con trastorno de la personalidad por evitación, puede consumir drogas para ocultar sus sentimientos de incapacidad social.
  • Una persona con trastorno paranoide de la personalidad, puede consumir drogas para escapar de sus pensamientos negativos.
  • Una persona con trastorno límite de la personalidad, puede consumir drogas para sentirse mejor consigo misma.

 

Cuando una persona se automedica durante un periodo de tiempo prolongado, puede derivar en adicción a las drogas, formalmente conocida como trastorno por consumo de sustancias. Y una vez que se desarrolla un trastorno por consumo de sustancias, también suele aumentar la gravedad del trastorno de personalidad.

 

El consumo simultáneo de sustancias y los trastornos de la personalidad afectan a partes del cerebro que se solapan: las responsables de la recompensa, los impulsos y la regulación de las emociones. Una persona con un trastorno de la personalidad ya es propensa a la inestabilidad emocional, los comportamientos erráticos y la ansiedad. 

 

Esta compulsión también lleva a muchas personas con trastornos de la personalidad a consumir drogas en primer lugar. Cuando se introducen las drogas y el alcohol, la capacidad de la persona para controlar los impulsos, tomar decisiones sensatas y gestionar las emociones se vuelve aún más deficiente e irregular. Como resultado, el tratamiento se vuelve mucho más complejo.

 

Tratamiento de los trastornos de la personalidad comórbidos y la adicción

 

Por sí mismos, los trastornos de la personalidad pueden ser difíciles de tratar. El motivo es que muchos de los afectados no aceptan que tienen un problema. Pueden mostrarse agresivos u hostiles cuando se menciona el tratamiento o se intenta una intervención. En consecuencia, la recuperación de los trastornos de la personalidad requiere sesiones profundas de psicoterapia. Las terapias conductuales pueden utilizarse para ayudar a una persona a desarrollar patrones de pensamiento, actitudes y rutinas más saludables, que sustituyan a los negativos y destructivos.

 

Las terapias conductuales, como la terapia cognitivo-conductual y la terapia dialéctico-conductual, también son muy eficaces para tratar la adicción a sustancias y los trastornos de la personalidad concurrentes. La clave de este plan de tratamiento es que aborda ambos trastornos a la vez, de forma integrada.

 

El tratamiento integrado es necesario para cualquier persona que luche contra los trastornos de la personalidad y la adicción. Esto significa que ambos trastornos se tienen en cuenta y se abordan simultáneamente, en el mismo lugar y con el mismo equipo clínico. El tratamiento también debe ser individualizado para las necesidades de tu ser querido, teniendo en cuenta sus necesidades físicas, mentales, sociales, emocionales e incluso legales. 

 

Si sospechas o te preocupa que tu ser querido pueda padecer un trastorno de la personalidad y una adicción a las drogas o al alcohol, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. En Hacienda del Lago podemos ayudar en el proceso de rehabilitación. Contáctanos hoy para recibir más información sobre nuestros servicios.

 

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