¿Qué daños psicológicos provocan las drogas?

Hacienda del Lago - ¿Qué daños psicológicos provocan las drogas?

¿Qué daños psicológicos provocan las drogas? En la presente década, el mundo ha experimentado un aumento significativo en el consumo de drogas. Todo esto debido a fenómenos sociales como la popularización de nuevas drogas sintéticas, el incremento de la demanda en países de renta alta y el llamado «renacimiento» de las sustancias psicodélicas.

 

Asimismo, los problemas de salud mental no se han hecho esperar en la población afectada. Independientemente del tipo de sustancia, lo cierto es que las más consumidas generan efectos psicológicos nocivos, profundos y, sobre todo, complejos a la hora de tratar.

 

¿Qué daños psicológicos causan las drogas?

 

Para abordar esta temática, haremos referencia a las sustancias más consumidas de acuerdo a su clasificación:

 

  • Drogas depresoras. 

 

Se trata de sustancias que tienen un efecto sedante sobre el sistema nervioso central y se suelen consumir para aliviar episodios de estrés, ansiedad y/o enojo. Entre otras, destacamos:

 

AlcoholSi bien, genera sensaciones placenteras en el corto plazo, paradójicamente, su consumo en exceso puede ocasionar problemas de depresión. Por lo que esta sustancia altera la química cerebral y disminuye la producción de serotonina, un neurotransmisor ligado a la felicidad. De igual manera, las personas que padecen de alcoholismo suelen ver deterioradas sus relaciones interpersonales y laborales. Lo cual, a largo plazo, conduciría al aislamiento social e incrementaría los niveles de ansiedad del individuo afectado. 

 

Cannabis: Conocida coloquialmente como «marihuana», es la sustancia depresora más consumida en México. Su consumo prolongado puede repercutir negativamente en la segregación de dopamina, un neurotransmisor clave para motivarnos a realizar acciones necesarias para alcanzar nuestras metas personales. Lo anterior, derivaría en la aparición del llamado «síndrome amotivacional», asociado a un consumo crónico de cannabis. Este fenómeno ocasiona conductas de abandono y desinterés generalizado, al extremo de reducir drásticamente las relaciones interpersonales con nuestro entorno más cercano. 

 

Opioides: El uso indebido de sustancias pertenecientes al grupo de opiáceos, como la morfina, la heroína o el fentanilo, no solo causan dependencia física. También causan un deterioro significativo e irreversible de la salud mental. La abstinencia de opioides puede desencadenar síntomas de ansiedad, irritabilidad, estados de ánimo disfóricos y depresión severa. Adicionalmente, los consumidores pueden experimentar un deterioro cognitivo y problemas de memoria.

 

  • Drogas estimulantes.

 

Se trata de drogas consideradas como «duras». En teoría, su impacto a nivel social y sanitario es mucho mayor, y la peligrosidad de su consumo es alarmante a corto plazo. Entre ellas encontramos: 

 

Cocaína: Si bien genera una sensación temporal de euforia, los daños psicológicos a largo plazo son devastadores. Y es que, además de generar ansiedad extrema y paranoia, su consumo ocasional puede dar lugar a trastornos psicóticos graves, como la paranoia y esquizofrenia. 

 

De igual manera, el consumo crónico de cocaína puede conducir a trastornos depresivos severos. Ya que la “bajada” que ocurre tras haber experimentado esos efectos eufóricos iniciales suele ser abrupta. Esto genera un círculo vicioso en el individuo para evitar el síndrome de abstinencia. 

 

Metanfetamina: El impacto psicológico de la metanfetamina es aún más destructivo. Su abuso puede generar cambios drásticos en el comportamiento, llevando a episodios de agresión física y verbal, confusión y experiencias alucinatorias. Al igual que otras sustancias ya mencionadas, puede causar una disminución del interés en las actividades diarias. Igualmente un deterioro de las relaciones interpersonales, incidiendo negativamente en la salud mental de quien consume.

 

  • Drogas psicodélicas.

 

También conocidas como drogas alucinógenas. Sustancias como el LSD, la psilocibina y el éxtasis alteran la percepción de la realidad y pueden causar experiencias psicóticas intensas. Independientemente de si se consumen con fines recreativos o espirituales. 

 

LSD y psilocibina: Se trata de sustancias de alta peligrosidad para la salud mental, cuyo consumo puede desencadenar episodios de ansiedad severa. Incluso, podría causar trastornos por estrés postraumático (TEPT) en algunas personas, especialmente si estas tienen antecedentes de problemas mentales. Concretamente, las experiencias alucinógenas asociadas al LSD y los hongos psilocibios pueden ser abrumadoras. Al extremo de dejar a los consumidores atrapados en un ciclo de «flashbacks», donde reviven los efectos de la droga incluso mucho después de haberla consumido. Lo anterior, se traduce en un estado de alerta permanente, sumergiendo al individuo en una lucha constante por distinguir entre la realidad y las alucinaciones. 

 

Éxtasis: Provoca daños psicológicos severos en quienes lo consumen, al comprometer la liberación de serotonina en el cerebro. Específicamente, su consumo crónico puede derivar en alteraciones mentales importantes. Llevando al individuo a padecer de ansiedad, depresión, trastornos obsesivos, paranoia y dificultad para conciliar el sueño.

 

  • Drogas de diseño y otras sustancias psicoactivas.

 

El auge de las drogas de diseño y otras sustancias psicoactivas ha creado nuevos desafíos para la salud mental. Estas sustancias, a menudo vendidas legalmente o bajo la apariencia de ser “seguras”, pueden tener efectos imprevisibles y devastadores. 

 

Sustancias sintéticas: Drogas como el “spice” (o K2) y otras sustancias sintéticas podrían provocar efectos psicológicos severos, incluyendo ataques de pánico, psicosis y desorientación. Estas drogas imitan los efectos de los cannabinoides naturales, pero con una potencia mucho mayor y efectos secundarios impredecibles. Los usuarios pueden experimentar una pérdida total del sentido de la realidad, lo cual dejaría daños psicológicos graves.

 

Impacto general e importancia de acudir a tratamiento.

 

La drogodependencia es un fenómeno social y cultural que abarca múltiples aristas y sus consecuencias pueden variar de acuerdo a la sustancia que ha sido objeto de la adicción, la frecuencia de su consumo y el perfil psicológico de las personas que la padecen.

 

No obstante, es innegable que la mayoría de estas drogas, tarde o temprano, causarán estragos en la salud mental de jóvenes y adultos. Permeando en aspectos tan importantes para una sana convivencia como lo son las relaciones familiares, interpersonales y laborales.

 

Es por ello, que la búsqueda de un tratamiento que combine las bondades de la terapia psicológica, tanto individual como grupal, con programas de desintoxicación efectivos, se vuelve esencial para abordar esta problemática social con las herramientas adecuadas.

 

Si conoces a un familiar, amigo o alguien cercano que esté manifestando síntomas de padecer de una adicción, es importante buscar ayuda profesional calificada a la brevedad posible.

 

En Hacienda del Lago, reconocido como uno de los mejores centros de rehabilitación en México, ofrecemos tratamientos residenciales. Totalmente voluntarios, de la mano de un staff médico multidisciplinario y experimentado en el tratamiento de adicciones de diversa naturaleza.

 

Además, nuestro programa de cuidado continuo vitalicio está diseñado para contribuir con una rehabilitación duradera en el tiempo. Cada miércoles, nuestros ex pacientes pueden volver al centro y compartir sus experiencias de vida tras haber alcanzado la sobriedad.

 

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