¿Qué diferencia hay entre un vicio y una adicción?

Hacienda del Lago - ¿Qué diferencia hay entre un vicio y una adicción?

¿Qué diferencia hay entre un vicio y una adicción? Se entiende por adicción la realización de conductas peligrosas o consumo de sustancias de forma reiterada. Y por vicio, la presencia de conductas de forma habitual que son consideradas inmorales por la sociedad.

 

¿Qué es un vicio?

 

La definición de vicio es debilidad de carácter o de comportamiento; un mal hábito. Contar con un mal hábito no convierte a una persona automáticamente en adicto a las drogas y al alcohol. Los malos hábitos se pueden romper y la adicción es algo que necesita ayuda para ser cambiado. Tradicionalmente, las drogas, el alcohol, el tabaco, ver pornografía y el juego son los precursores en la clasificación de los vicios en el camino a la adicción, pero comer azúcar, conducir rápido o maldecir también puede considerarse un vicio. 

 

¿Qué implica una adicción?

 

A veces un vicio se convierte en adicción. Cuando alguien obtiene placer de un vicio, continuará haciéndolo para seguir obteniendo placer de él. Alguien con una adicción continuará haciendo cualquier acción placentera, aunque esté física, mental y espiritualmente enfermo porque no puede parar. La definición de adicción es “ser anormalmente tolerante y dependiente de algo que crea hábito psicológico o físico.”

 

En momentos de estrés muchos de nosotros recurrimos a los vicios para sobrellevarlo. La mayoría de las veces estos comportamientos no son un problema. Pero llega un momento, normalmente cuando empiezas a anteponer los vicios a actividades más importantes, en que estos mecanismos de supervivencia pueden volverse problemáticos. Como psicólogo clínico que se ocupa de los trastornos por consumo de sustancias y otras adicciones, a menudo hago cinco preguntas para ayudar a la gente a reconocer cuándo un comportamiento cruza la línea.

 

¿Se han perjudicado sus obligaciones laborales o familiares?  

 

Uno de los primeros indicadores que utilizo es si se han resentido aspectos importantes de la vida. ¿Estás faltando al trabajo o a clases para disfrutar de tu vicio? ¿Has olvidado un compromiso con un amigo o familiar debido a tu comportamiento, ya sea bebiendo o apostando?

 

Cuando se empieza a dar prioridad a cualquier actividad antes de tus responsabilidades o compromisos con los seres queridos, es señal de que se ha cruzado la línea que separa el vicio de la adicción. 

 

¿Se ha intentado dejarlo sin poder hacerlo?

 

Otra señal de alarma es la incapacidad para tomarse un descanso. Para algunas personas, tomarse una semana o un mes de descanso de una actividad les proporciona el restablecimiento mental que necesitan para encontrar un equilibrio saludable. A otros les ayuda tener un compañero con el que rendir cuentas y que controle su comportamiento. Pero cuando se intenta tomar un respiro y no se puede, aunque se quiera hacerlo, es señal de que necesitas ayuda externa.

 

¿Se gasta demasiado para mantener el hábito?

 

El bolsillo puede darte otro indicio de que un vicio se ha convertido en adicción. ¿Se gasta en el vicio antes que en las necesidades? ¿Se endeuda para mantenerlo? Cuando el adicto se da cuenta de que está decidiendo gastar dinero que no tiene en un capricho, ya sea alcohol, apuestas o incluso comida poco sana, eso indica que se está pasando de la raya. 

 

¿Se pasa menos tiempo con amigos y familiares?

 

Aislarse de los seres queridos es uno de los mayores indicios de un comportamiento problemático. Cuando una persona se ve arrastrada por una adicción y elige ese comportamiento en lugar de interacciones más significativas, es señal de que el vicio ya no es inofensivo.    

 

¿Qué es una adicción? ¿Y un vicio?

 

Se entiende por adicción la repetición habitual de un comportamiento peligroso o el consumo de sustancias, comúnmente drogas, que generan una gran dependencia psicológica y fisiológica y de las que no es fácil prescindir. De esta forma, las características más notables son el consumo abusivo y la realización compulsiva de la conducta.

 

Los aspectos más relevantes de la conducta adictiva son los siguientes: aparece un fuerte deseo de realizar la conducta, se deteriora la capacidad de controlar y reducir la conducta, cuando el sujeto tiene dificultades o se le prohíbe realizar la conducta, aparece en él un gran malestar o ansiedad y continúa realizando la conducta a pesar de conocer y comprobar que genera consecuencias negativas y peligrosas. Como ejemplo de adicción podemos citar las drogas o fármacos, las compras, el sexo, la comida, el juego, la tecnología… Conductas que si realizamos en exceso alteran nuestra vida.

 

Como se mencionó previamente, un vicio se define como un hábito, como una conducta repetitiva, de hacer algo malo que se considera perjudicial o peligroso para uno mismo o para los demás y que es inmoral, es decir, es una conducta contraria a las creencias o valores de la sociedad.

 

Vicio y adicción: ¿en qué se diferencian?

 

Gravedad de la acción

 

La adicción se define como un trastorno mental que puede afectar gravemente a la salud física y psicológica, en las relaciones sociales y en el ámbito laboral del sujeto. Por otro lado, el vicio es una acción valorada negativamente pero no se considera un trastorno como tal. Aun así, no debemos restar importancia a la conducta viciosa, ya que puede conducir a una alteración mayor.

 

Si colocamos los dos términos en línea recta, en la misma dimensión, situamos la adicción como más grave que el vicio, pero si no se controla puede acabar afectando a la vida cotidiana de la persona y, por tanto, ser considerado también un trastorno.

 

Influencia social

 

Como hemos visto en la definición de vicio, éste se considera un mal comportamiento teniendo en cuenta la moral, lo que está bien y lo que está mal, y el aprendizaje que obtenemos de la sociedad en la que vivimos.

 

De esta forma, a pesar de que las conductas adictivas también tienen una valoración negativa por parte de la sociedad, no están tan ligadas a la moral, se refieren a actividades como fumar y no tanto a características de la persona de su identidad como sería el egocentrismo, el egoísmo, la doblez o la avaricia.

 

Necesidad de tratamiento

 

A diferencia de la adicción, el vicio no cuenta con ninguna terapia específica ni eficaz ya que no se considera un trastorno, aunque como ya hemos señalado, este hecho no debe restarle importancia y es conveniente realizar una intervención para evitar que desarrolle una patología futura. Como con cualquier conducta que queramos cambiar, primero es necesario ser conscientes de ella y aceptar que queremos mejorar, siendo el individuo que toma la decisión de cambiar imprescindible para que ésta sea satisfactoria.

 

Una vez fijada la conducta que queremos modificar, planificamos qué cambios en mi rutina puedo realizar para sustituir esta conducta y dificultar su aparición. Puede ayudarte a comunicar tus progresos a las personas de tu entorno, ya que esto te motivará a continuar, y también es útil premiar y reconocer tus logros, por pequeños que sean.

 

Controlando la adicción

 


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