¿Qué es la adicción al alcohol? La adicción al alcohol es un trastorno recurrente que se asocia al consumo compulsivo de alcohol. Este trastorno crónico implica la pérdida de control sobre cuánto alcohol se consume, y la decadencia a un estado emocional negativo cuando se deja de tomar alcohol. Es un problema caracterizado por un deterioro de la capacidad para detener o controlar el consumo de alcohol.
Cuando se padece de la adicción al alcohol, no se piensa en las consecuencias adversas sociales, laborales o para la salud. También conocido como alcoholismo, la adicción al alcohol puede ser leve, moderada o grave dependiendo del nivel de dependencia de la sustancia.
La adicción al alcohol es un patrón de consumo de alcohol que implica problemas para controlar la bebida. Esto significa continuar consumiéndolo a pesar de que puede causar problemas. Este trastorno también implica tener que beber más para conseguir el mismo efecto de la embriaguez. Cuando alguien disminuye o deja de beber rápidamente, también puede mostrar síntomas de abstinencia.
La adicción al alcohol incluye el consumo de este a niveles que pongan en riesgo la salud o la seguridad o causen otros problemas relacionados con el alcohol. Esto incluye el consumo excesivo de alcohol. Es decir, un patrón de consumo en el que un hombre bebe cinco o más copas en dos horas, o una mujer bebe al menos cuatro copas en dos horas. El consumo excesivo de alcohol provoca riesgos importantes para la salud y la seguridad.
Es probable que se padezca un trastorno por consumo de alcohol si el consumirlo le causa mucho malestar y dificultades para desenvolverse en la vida diaria. Un trastorno de adicción al alcohol aparentemente inofensivo puede empeorar y causar problemas graves. Para evitar tragedias, los síntomas de alcoholismo deben tratarse rápidamente.
¿Qué es la adicción al alcohol? ¿Cómo se desarrolla la adicción en el cerebro?
El alcohol, al igual que otras drogas, tiene un poderoso efecto sobre el cerebro, produciendo sensaciones placenteras y ayudando a olvidar los sentimientos negativos. Esto es lo que motiva a algunas personas a beber alcohol una y otra vez, escapando de sus problemas e ignorando los posibles riesgos para su salud.
El alcohol puede provocar cambios en el cerebro que comprometen la función cerebral e impulsar la transición de un consumo de alcohol controlado y ocasional a un abuso crónico y difícil de controlar. Los cambios pueden perdurar mucho tiempo después de que la persona deje de consumir alcohol. Esto puede contribuir a la recaída en la bebida, por lo que es importante dar seguimiento a un proceso de recuperación.
Síntomas
El trastorno por consumo de alcohol puede ser leve, moderado o grave, según el número de síntomas que se experimenten. Los signos y síntomas pueden incluir:
- Ser incapaz de limitar la cantidad de alcohol que se bebe.
- Querer reducir la cantidad que bebe pero fracasar al intentarlo.
- Pasar mucho tiempo bebiendo, consiguiendo alcohol o recuperándose del consumo de alcohol.
- Sentir un fuerte deseo o impulso de beber alcohol.
- Incumplir obligaciones importantes debido al consumo repetido de alcohol.
- Seguir bebiendo alcohol aunque se sepa que está causando problemas físicos, laborales o en las relaciones.
- Abandonar o reducir las actividades sociales y laborales y las aficiones para consumir alcohol.
- Consumir alcohol en situaciones en las que no es seguro, como al conducir o nadar.
- Desarrollar tolerancia al alcohol al punto de que se necesita más para sentir su efecto o se reduce el efecto con la misma cantidad.
- Experimentar síntomas de abstinencia cuando no se bebe, o beber para evitar estos síntomas.
La intoxicación por alcohol se produce cuando aumenta la cantidad de alcohol en el torrente sanguíneo. Cuanto mayor sea la concentración de alcohol en la sangre, más probabilidades hay de sufrir efectos adversos. La intoxicación por alcohol provoca problemas de comportamiento y cambios mentales.
Un comportamiento inadecuado, estados de ánimo inestables, falta de juicio, hablar arrastrando las palabras, problemas de atención o memoria y mala coordinación son algunos de estos problemas de comportamiento o cambios mentales. También se pueden tener períodos llamados ”lagunas mentales.” Las lagunas mentales representan periodos de pérdida de memoria. Las concentraciones muy elevadas de alcohol en sangre pueden provocar un coma, lesiones cerebrales permanentes o incluso la muerte.
El síndrome de abstinencia puede producirse desde unas horas hasta 4 o 5 días después. Los signos y síntomas incluyen sudoración, taquicardia, temblores en las manos, problemas para dormir, náuseas y vómitos, alucinaciones, inquietud y agitación, ansiedad y, en ocasiones, convulsiones. Estos síntomas pueden ser lo suficientemente graves como para afectar a la capacidad para desenvolverse en el trabajo o en situaciones sociales.
Etapas del ciclo de la adicción
La adicción puede enmarcarse en un ciclo que se repite, con tres etapas. Cada etapa está vinculada a las demás y se alimenta de ellas. Estas etapas afectan principalmente a tres ámbitos: la importancia de los incentivos, los estados emocionales negativos y la ansiedad. Estos ámbitos se reflejan en tres regiones clave del cerebro: los ganglios basales, la amígdala extendida y el córtex prefrontal, respectivamente.
Etapa de atracón/intoxicación: recompensa, incentivos y hábitos patológicos
Durante esta etapa, la persona experimenta los efectos gratificantes del alcohol, como la euforia, la reducción de la ansiedad y la facilitación de las interacciones sociales.
La activación repetida del sistema de recompensa de los ganglios basales refuerza la conducta de consumo de alcohol, aumentando la probabilidad de consumo repetido. Los ganglios basales desempeñan un papel importante en la motivación, así como en la formación de hábitos y otros comportamientos rutinarios.
Esta activación repetida de los ganglios basales también desencadena, en última instancia, cambios en la forma en que una persona responde a estímulos asociados con el consumo de alcohol, como personas concretas, lugares o señales asociadas al alcohol, como cierta cristalería o imágenes o descripciones de la bebida. Con el tiempo, estos estímulos pueden desencadenar fuertes impulsos de beber alcohol.
Etapa de afecto negativo/retirada: déficit de recompensa y exceso de estrés
Cuando una persona adicta al alcohol deja de beber, experimenta síntomas de abstinencia, o síntomas opuestos a los efectos positivos del alcohol que se experimentan al beberlo. Estos síntomas pueden ser físicos (trastornos del sueño, dolor, sensación de enfermedad) y emocionales (disforia, irritabilidad, ansiedad y dolor emocional).
Se cree que las sensaciones negativas asociadas a la abstinencia del alcohol tienen dos orígenes. Una menor activación de los sistemas de recompensa de los ganglios basales dificulta que las personas experimenten los placeres de la vida cotidiana. Y una mayor activación de los sistemas de estrés del cerebro. Esto ocurre en la amígdala extendida y contribuye a la ansiedad, la irritabilidad y el malestar.
En esta fase, la persona ya no bebe alcohol por los efectos placenteros, sino para escapar de los sentimientos de depresión a los que ha contribuido el abuso crónico del alcohol.
Etapa de preocupación/anticipación: ansia e impulsividad
Esta es la etapa en la que un individuo busca de nuevo el alcohol tras un período de abstinencia. La persona empieza a preocuparse por el alcohol y por cómo conseguir más, y espera con impaciencia la próxima vez que vaya a consumirlo. El córtex prefrontal, un área del cerebro responsable de la capacidad de organizar pensamientos y actividades, priorizar tareas, gestionar el tiempo y tomar decisiones, se ve comprometido en las personas que sufren adicción al alcohol.
¿Por qué debe preocuparnos la adicción al alcohol?
El consumo de alcohol está relacionado con muchas consecuencias médicas y sociales, como la interferencia en las relaciones personales, las enfermedades cardíacas y hepáticas, los cánceres, las colisiones de vehículos de motor y otros accidentes, la sobredosis de alcohol, la violencia, el homicidio y el suicidio. Si una persona es alcohólica, sobre todo si es de moderada a grave e implica adicción al alcohol, es más probable que consuma alcohol regularmente en niveles asociados a estos efectos sobre la salud.
¿Cuándo acudir al médico si su ser querido necesita ayuda?
Muchas personas con trastornos por consumo de alcohol dudan en buscar tratamiento porque no reconocen que tienen un problema. La intervención de familia, pareja o amigos puede ayudar a algunas personas a reconocer y aceptar que necesitan ayuda profesional. Si le preocupa alguien que bebe demasiado, pida consejo a un profesional con experiencia en el tratamiento del alcoholismo sobre cómo abordar a esa persona.
En Hacienda del Lago podemos ayudar. Contamos con especialistas ampliamente calificados e instalaciones plenamente preparadas. Contáctanos hoy y pregunta sobre nuestros planes de desintoxicación y rehabilitación para adictos al alcohol.
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